15 de marzo de 2010

Soy una triste e insolente pendeja.

Y esque pasé mucho tiempo, muchísimo, pensando que lo que hacía era bueno para mí.

Verán.
Yo tenía una teoría de vida en la cual creía fervientemente. Decía ésta que, no debía intentar olvidar porque entre más lo intentaba, más me acordaba y entonces ya no estaba olvidando en lo más mínimo.En cambio, ocupaba otro mecanismo; aprender a vivir con el dolor. Sí... díganlo amigos, díganlo a coro:
PENDEJA!
Y lo peor es que estaba orgullosa de mi creencia, hasta lo daba como consejo y lo decía sonriendo, así, como si hubiera encontrado una mina con diamantes. Otra vez, repitan...
Así viví un año entero creyéndo que esa táctica me iba a hacer bien y que al final ya no me iba a doler porque lo fui haciendo parte de mí. Pero no fue así. Más bien el dolor se fue haciendo mi guía para todo.

Ayer, estaba postrada en mi angustia y me di cuenta de todo. Y me dió mucho coraje, pero ya no queda mas que reírse. Y hoy todo, todo es diferente. De verdad, hasta parece emanar luz, paz.

Hoy cumple un año de vida este sufrimiento; y los 364 días que lo preceden, me compadecía de mí misma pensando en esa vida, en ese dolor. En los arrepentimientos que traía arrastrando,noches sin dormir, litros de café...el olor de mis lágrimas, la elocuencia de los suspiros...

Pero en este momento más bien siento que cierro un ciclo. Uno horrible, doloroso, lleno de ilusiones, de deseos absurdos, de sueños partidos en cachitos... Hoy, lo cierro. Y me alegro, no saben cuanto, al decir que, esta vez si es para siempre.
Me siento como nueva, volví a nacer. Como ave fénix.

Así que, aunque sólo aplique en mi situación... Feliz año nuevo! deséenme suerte.Ahí les voy otra vez.

Aaaah y pido una sincera y dolida disculpa a las personas que aconsejé con mi teoría. Perdón. Ojalá no me hayan hecho caso.